El Germen de la División en nuestras Organizaciones

Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo…”-Números 19:1

En este pasaje Dios habla la misma palabra, tanto a Moisés, como a Aarón. Estos dos líderes tuvieron que atravesar un largo camino para llegar a este nivel de conexión. En un principio, fueron unidos por una gran misión y juntos, lograron llevar al pueblo de Israel de la mano de Dios a salir de la esclavitud en Egipto y mediante un azotador desierto a su Tierra Prometida. Pero algo pasó por el camino:

“María y Aarón hablaron contra Moisés… Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?” –Números 12:1-2

El orgullo se había levantado, y el orgullo había dado lugar a la rebeldía.

Los efectos de un liderazgo dividido:

Después que Aarón murmura contra Moisés en el capítulo 12 de Números, vemos que entre los capítulos 14 al 16, se levantan 2 rebeliones entre pueblo:

1.    En la primera rebelión (cap. 14), el pueblo se organiza para regresar a la esclavitud en Egipto. Increíble, ¿no? Pero esto se da más comúnmente de lo que quisiéramos aceptar en las organizaciones: ver que el equipo de repente pierda el ánimo de perseverar hacia la misión.

2.    En la segunda rebelión (cap. 16), entre el equipo de trabajo se levanta un hombre llamado Coré que organiza un grupo de 250 más con la intensión de quitar a Moisés de su posición como líder.

Enseñanza: antes de que se manifieste división y rebelión en la organización, es probable que primero se haya manifestado división y rebelión entre el equipo de liderazgo.

Lo que se manifiesta a nivel de liderazgo, se refleja y MULTIPLICA a nivel de la organización.

En Números 14 vemos que Aarón cae quebrantado al suelo cuando ve la rebelión en el pueblo, tal vez vio en ellos el reflejo de su propio corazón. Su quebranto abrió paso a la restauración del liderazgo, y por ende abrió paso a la restauración del pueblo.

La evidencia mayor que tenemos acerca de la restauración del equipo de liderazgo es que ya Moisés y Aarón estaban tan reconectados, que estaban recibiendo la misma revelación, a la misma vez: ya estaban alineados a la misma visión.

Mi oración es que alcancemos tal conexión con Dios y entre nosotros.

“Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” -Eclesiastés 4:12

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